Estas a punto de cometer un error que puede hacerte retroceder diez o más pasos en este juego que, por ahora, vas ganando. Es solo cuestión de una letra, de una tecla. Dale, sabes que queres que su nombre aparezca, sabes que queres tener noticias de su vida o al menos ver su foto. Te tiemblan las manos, pensas, recordas, sufrís.
Finalmente decidiste no tipear su inicial, en lugar de eso te alejas. En ese momento te das cuenta de que realmente no valdría la pena, decidiste seguir a la cabeza del juego.